Atención, carísimas amigas y carísimos amigos chilenos y del resto del mundo, acaba de ser lanzado en Santiago de Chile, un excelente libro sobre… bueno, lo que podríamos chamar de ficción literaria de los cementerios.

           Pero antes que nada debo dejar claro dos cosas. La primera es que quien escribe el libro es mi hermano, lo que lógicamente me une fraternalmente con esta obra. La segunda es que espero que después de leer esta reseña se animen a comprar el libro, que les aseguro que les va a encantar.

           El libro se llama “Historias de Cementerios”. Y empezaré utilizando la técnica de decir lo que no es, para que después se pueda entender lo que es. No es un libro de terror o miedo tipo Drácula (me refiero a la película “El Vampiro de la noche” de 1958 o “El conde Drácula de 1970, no a las que vinieron después), o “La vuelta de los muertos”, ni “The walking dead”, ni de zombis, ni nada del tipo Zombie apocalypse. No, no es nada de esto. Es algo bien diferente y a mi entender mucho mejor.

           El autor trata el tema de la muerte, contando historias con profundidad y respeto (la muerte nunca es algo leve ni superficial) pero al mismo tiempo con descontracción y con un cierto humorismo. Lo que les da a las historias un aire leve y gracioso en la medida cierta. Pero, ¿qué historias son esas? Bueno son historias vividas por los habitantes de los cementerios. O quizás deberíamos decir historias “moridas” por los habitantes de los cementerios, pues ellos ya están muertos. Sin embargo, conversan, recuerdan, se incomodan (especialmente el día de los muertos cuando el cementerio se llena de gente).

           Los personajes son niños, niñas, adultos, hombres y mujeres, ancianos etc. Es como si fuera un mundo paralelo al nuestro, pero del otro lado, o sea del lado de los muertos, pero que interactúa en todo momento con el mundo de los vivos dentro, de lo que podríamos llamar, los muros del cementerio. Lo que les da a las historias un cierto tono de tristeza, pero a la vez de humor y gracia. A pesar de estar muertos ellos no están tristes, ni cabizbajo y ni apesadumbrados, muy por el contrario, llevan sus vidas (o sus muertes) de la mejor manera posible, hasta ríen a veces. No es una única historia relatada, son muchas. Son historias breves, bien escritas, que mantienen nuestra atención. Y a medida que van transcurriendo, nos hacen estar felices de haber comprado y leído el libro.

           No nos equivocamos si afirmamos que no es un libro sobre la muerte, mas sobre la vida. Sobre lo que dejamos, lo que perdimos y lo que nos hace felices. En última instancia es un libro sobre la propia existencia humana y sobre esa certidumbre que nos acompaña siempre: el sentimiento trágico de que queremos vivir más sabemos que un día vamos a morir. Lo que torna la obra una reflexión sobre la propia eternidad, pues los muertos no mueren, están fuera del tiempo, no envejecen. Así, ellos son los personajes de estas historias inteligentes, entretenidas y excelentemente bien escritas. El libro trata de la vida en el inframundo de una manera divertida (no banal ni liviana) y sincera. No es por nada que el autor es profesor de Castellano. Y actualmente es director de Educación en Huechuraba.

           A seguir dos comentarios sobre la tapa del libro. El primero es que el titulo debería, creo yo, llevar un sub título, que indique mejor el contenido del libro. Algo así como “Historias de cementerio, vividas cotidianamente por sus habitantes”, o “Historias de cementerios, o la increíble vida de sus habitantes que esperaban poder descansar en paz, pero que descubrieron que la vida del más allá tiene casi las mismas preocupaciones, tristezas y alegrías de esta (si, yo sé que este título quedó un poco largo). El segundo critica es que me parece que la imagen de la tapa es demasiado dramática, podría ser algo más leve, porque el libro a pesar de tratar un tema difícil y profundo, no lo hace de una manera grave y pesada, pero con la dosis perfecta de jovialidad y con una pisca de sátira. La muerte mucho más que una tragedia es una comedia. Lo que aproxima esta obra brillantemente a las grandes obras de la antigüedad clásica que trataron sobre este tema, como es el “Diálogos de los Muertos” del escritor, comediante y humorista (o bromista) sirio, de lengua griega Luciano Samósata (125- 181 d.C) que escribió un libro tan extraordinario como el de José Miguel Rodriguez.

           Compren y lean el libro. Les va a encantar. Pues como dice el autor: es el libro que nadie estaba esperando pero que todos queremos leer.

           ¡Un abrazo y buena lectura!