Pedro Calderón de la Barca

 
 
Fragmento de: Las armas de la hermosura
 
 
   ASTREA: 


                     ¡Valedme, cielos!  


Que, desbocado el caballo,
con no matarme, me ha muerto,
si hay quien piense que el salir
de la batalla fue huyendo;
y no fue, sino que el hado
o tarde o nunca el contento
cumplido dio, bien que en vano
hoy de su rigor me quejo,
pues tampoco dio cumplida
la desdicha el día que, habiendo
vencido la cumbre al monte,
al descender de su centro,
corriendo por intrincados
riscos el bruto soberbio,
no me echó de sí, hasta que
trocó de un tronco el tropiezo
al golpe de la caída
la amenaza del despeño.
Con que, aunque rendida, aunque
fatigada, en un desierto
triste y sola me halle, a causa
de que los que me siguieron
y no alcanzaron, perdida
de vista, sin mí habrán vuelto;
con todo eso el quedar viva
es tan natural consuelo
que, siendo el vivir lo más,
todo lo demás es menos.

Y así, a pesar del cansancio,
pues para elegir no hay medios,
procure hallar senda que
me vuelva a mi gente, puesto
que, para servir de norte,
me basta el confuso estruendo
que, sin decirme en qué estado
la batalla está, a lo lejos
me está diciendo que dura,
en mal pronunciados ecos.
Por esta parte parece
que el enmarañado seno
da menos fragoso paso;
seguir la vereda quiero,
no en vano, pues a lo inculto
quitado el impedimento,
ya descubro la campaña
y en ella, o miente el deseo
o son nuestras las banderas
que miro. Sin duda, cielos,
la victoria consiguió
Sabinio, puesto que veo
en su rotulado enigma
tremolar el blasón nuestro
destotra parte del monte.
Pues ¿qué aguardo? Pues
¿qué espero?
¡Oh si fuera verdad que
tiene alas el pensamiento,
para llegar a los brazos
de Sabinio, y darle en ellos
de mi vida y su victoria
dos parabienes a un tiempo!
 

 


Sueña el rey que es rey


Soliloquio: Fragmento de La vida es sueño

 

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza,
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.

  Yo sueño que estoy aquí
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida?  Un frenesí.
¿Qué es la vida?  Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son.




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